¿Qué es lo primero en lo que te fijas cuando ves un libro? Nos detenemos a ver el papel, la tipografía o retícula, pero pocas veces observamos la encuadernación como parte del proyecto, que no solo es el sistema que sujeta las hojas; sino que forma parte del proceso de impresión, y existen varios tipos con los que engalanarás tu trabajo.
En primer lugar, para conocer las opciones de encuadernación posibles debemos conocer las partes que componen una publicación: al exterior le llamamos ¨cubierta¨ que comprende todo lo que esté de la tapa hacia afuera. Y el interior recibe el nombre de ¨tripa¨, que es la colección de cuadernillos encuadernados.
Los tipos de encuadernación más usados son:
- God Bin America
La encuadernación americana o fresada es la más popular y consiste en unir hojas separadas mediante pegamento para más tarde, añadir las tapas. Ésta es idónea para publicaciones con mucho volumen de hojas y cantidades cortas, resultando un encuadernado firme para proyectos de tiradas cortas, desde 25 hasta 300 unidades.
- Rústica
La encuadernación rústica es la más tradicional y consiste en reunir varias colecciones de pliegos, entre 16 y 32 páginas, para después, coserlos por uno de los lados y encolarlos. El cosido puede estar a la vista o tapado por la cubierta, además de permite abrir la publicación en 180 grados para una mejor visualización.
- Grapas
La encuadernación por grapas cumple con las BBB (buena, bonita y barata) y une las hojas de la publicación por medio de grapas ubicadas en los pliegues centrales y en posición vertical. Ahora, existen diferentes tipos de grapas como las habituales o las omegas. El grapado tiene un límite de 96 páginas y hay negras y blancas
- Espiral
La encuadernación de espiral o anillado es un método económico que consiste en colocar las hojas formando bloques, hacer perforaciones en el lado del lomo y colocar un espiral de alambre o de plástico por estos orificios.
- Japonesa
La realización de ese tipo de encuadernación es 100% manual que requiere de un arsenal de herramientas y consiste en coser las páginas, la portada y la contraportada entre sí. Por lo tanto, para que el libro adquiera un mínimo de consistencia, es necesario contar con portadas y contraportadas de tapas duras, además, claro, de un hilo muy resistente.
Información tomada de Impresum