Dice el refranero de los abuelos que “enero y febrero desviejadero”, pero para México empezó el viernes 28 de noviembre cuando falleció Roberto Gómez Bolaños a la edad de 85 años en Cancún, genio del humor blanco, amado por los pueblos de América Latina, España y anexas, visto mal por los intelectuales, escritor, productor, director, compositor y actor creador de personajes inmortales como “Chespirito” y el “Chapulín Colorado”, entre otros muchos. Tuitero a los 85 años, tenía más de 7 millones de seguidores en la red; decía que tenía “curiosidad por la muerte”, y al final la conoció ante el llanto de toda la vecindad que ya puso su barril en un altar.
Y el miércoles 3 de diciembre falleció Vicente Leñero y Otero a la edad de 81 años, su legado de cine, teatro, y literatura, donde cultivó la novela, el cuento, el guión y la dramaturgia y sobre todas los cosas el periodismo, donde dejó escuela en la “talacha” de escritorio en revistas como Claudia, Revista de Revistas, Proceso. La Feria del Libro de Guadalajara, de donde era nativo, se enlutó, sus editores le rindieron un minuto de aplausos y en un hecho inusitado regalaban sus libros. El homenaje a sus cenizas mortuorias fue en el Palacio de Bellas Artes, un ingeniero que sabía contar historias, puso punto final a su columna “Lo que sea de cada quien“, que escribía desde 2007 en la Revista de la Universidad.
Otros ilustres desaparecidos acompañan el obituario de este otoño, ya que el mismo 3 de diciembre falleció el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Sergio Valls Hernández a los 73 años. El Dr. Silvio Zavala Vallado, de 105 años, historiador, jurista y diplomático, y el músico de fama internacional Luis Herrera de la Fuente se fue a los 98 años, director de la Orquesta Sinfónica de México y de muchas otras en el mundo. Estas líneas las escribimos todavía en diciembre de 2014 para el ejemplar de enero de esta publicación, esperamos no ingresar a la lista y seguir en 2015 con los dedos en la tecla.
JMR.