El pasado 11 de noviembre falleció el artista y maestro de la caricatura por casi medio siglo, Rogelio Naranjo Ureña víctima de un paro cardiaco en la ciudad de México.
Naranjo, como firmaba sus cartones, nació el 3 de diciembre de 1937 en Peribán, Michoacán. Tras cursar estudios de Artes en la Escuela Popular de Bellas Artes de la Universidad de San Nicolás de Hidalgo, viajó a la ciudad de México y desde mediados de los años sesenta colaboró con periódicos y revistas como cartonista político, lo que le valió premios nacionales e internacionales. De manera paralela creó una obra como retratista de artistas, escritores y personajes de la cultura. Buena parte de su acervo, que supera los 12 mil cartones, fue donado por el mismo a la UNAM hace años y existe el proyecto de reunirlo en un museo.
Sus primeras colaboraciones en diarios y revistas
A principios de los sesenta Carlos Monsiváis lo invitó a trabajar en el suplemento cultural “La Cultura en México” de la revista “Siempre”. Después colaboró en el periódico “Excélsior” de Julio Scherer García a donde lo llevo Abel Quezada y donde comenzó haciendo dibujos para el suplemento Diorama de la Cultura. En 1976 al surgir la revista Proceso, Scherer García lo invitó a colaborar y según confesaba Naranjo, pudo gritar: “Esta es nuestra revista. Ahora si ya no habrá cartones prohibidos, se acabó la censura”.
En su primera etapa trabajó en “La Garrapata” con los moneros Rius, Helio Flores y Emilio Abdala. Después incursionó en varios periódicos con cartones políticos como Cine Mundial, EL UNIVERSAL y El Gráfico donde alcanzó gran notoriedad. En suma, Naranjo fue un grande, muy grande, de la caricatura política en México.
Mandamos nuestro sentido pésame a su viuda Erika Martínez, quien tendrá la labor de ver la forma de terminar el libro que Naranjo pensaba publicar en 2017 con motivo de sus 80 años de vida.
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