Alejandro González Iñárritu

Este mes de abril es muy especial para un servidor, con mil broncas,  pero gracias a Tonantzin, Nuestra Señora del Tepeyac, llegamos, eso espero pues esto lo escribo en marzo, al par de ochos, ochenta y ocho años de disfrutar del cielo del Anáhuac , donde nacimos en 1927 y que alguna vez fue la región más transparente del aire con la Gran Tenochtitlan, ombligo del mundo, fundada en 1325 según el calendario Juliano,   tomada y  arrasada por los barbaros cristianos en 1521,  quienes sobre sus ruinas fundaron la actual ciudad de México, D.F.

Entre nuestros hábitos cotidianos, al fin animal de costumbres, es leer en las mañanas EL UNIVERSAL, donde nos encontramos la columna VECINOS TRABAJANDO de Laura Herrejón (herrejon2006@hotmail.com) con la cabeza: ¿El gobierno que nos merecemos o los mexicanos que el país merece?,  que al leerla nos sorprendió por sus sensatos planteamientos, y que sin más trámites se los ofrecemos en síntesis a ver que opinan:

  … “El discurso que dio el mexicano González Iñárritu al recibir el Oscar despertó una gran polémica con su frase “el gobierno que merecemos” que podría complementarse con “en el supuesto de que hayamos hecho méritos para tener un buen gobierno”.

“Olvidando que las acciones que llevamos a cabo todos los días van construyendo o destruyendo nuestra calidad de vida, solemos exigir (porque es muy cómodo hacerlo) que sea el gobierno quien lo solucione todo”, Iñárritu.

“Y obviamente hay mucho para exigir de las autoridades: congruencia, honestidad, eficacia, eficiencia, transparencia y sobre todo una correcta administración de justicia. De no hacerlo, se alimentan la impunidad y la corrupción y la sociedad pierde la confianza en sus gobernantes”.

“Pero así como exigimos, debemos reconocer que también de nuestro lado hay mucho de lo mismo de lo que nos quejamos”, señaló González Iñárritu.

Hace varios relatos hay quienes invaden predios, bloquean vías de comunicación y agreden a policías con bombas molotov; y los encargados de los derechos humanos piden protección para quienes se instalan en zonas de alto riesgo, como los lechos de los ríos y que después de un ciclón consiguen una casa nueva, cortesía del gobierno (con cargo a nuestros impuestos) y que hasta que la mudanza la pague la autoridad, además de salir en los periódicos y obtener una chamba para pagar “el crédito” de su nueva casa.

Y sigue:

“Para gente que viola sistemáticamente las leyes y que hace de la presión y la violencia su mudus vivendi, el tener autoridades complacientes y blandengues es muy cómodo y efectivo. Para todos los demás no. Busquemos un mejor gobierno». 

“Si queremos tener un mejor gobierno (local, estatal o federal), hagamos méritos. Seamos ciudadanos menos indiferentes, menos apáticos, más activos y participativos, menos negligentes y corruptos. Nuestro México se lo merece…”

Estos argumentos de Laura Herrejón en su escrito tienen mucho de verdad y como dijo el compadre: “Al que le venga el saco, que se lo ponga”.