La fuerza de trabajo disponible en México ha impactado en la productividad del país en los últimos años, al incrementar la producción generada por hora de trabajo. Este indicador está cayendo en el mundo, pero en México no, y lo que más destaca al compararlo es que realizó Reformas como la de telecomunicaciones y laboral lo cual ha contribuido a mejorar en materia de productividad.
Un buen ejemplo de lo anterior es que la producción de un automóvil en México puede generar una utilidad tres veces superior a la que tendría al fabricarlo en Estados Unidos, y la principal razón de la brecha radica en la capacidad laboral, que tiene un impacto directo en la competitividad de México frente a otras naciones, tanto en cantidad como en capacitación.
La consultora GetVoIP realizó un documento que revela que al contabilizar las horas efectivamente trabajadas, más allá de lo que dice la Legislación o el contrato laboral, el resultado muestra que en México se invierten 48.8 horas semanales, ubicándose en el tercer lugar, después de Turquía con 51.2 horas semanales y Hong Kong con 49. Esta competitividad que México ha ganado es uno de los factores que provocan que hoy en día, haya tantas empresas destinando sus inversiones automotrices en el país.
Este es el lado positivo de la economía mexicana, pero la otra realidad es que estamos inmersos en malas noticias en las que no podemos actuar, pues no podemos hacer que el petróleo suba, ni impedir que se incrementen las tasas de interés, y que el peso se siga devaluando, pero si existen un buen número de cosas que podemos hacer y sobre las cuales podemos influir.
Hay que establecer un nuevo pacto entre empresarios, sociedad y gobierno, para lograr mejores condiciones de seguridad, ya que esta no viene del exterior, es producto de la corrupción e impunidad que existe a lo largo y ancho del país patrocinadas por la clase política mexicana, de todos los partidos.
Nuestros problemas económicos pasarían a ser mucho más manejables si resolvemos primero la seguridad y la corrupción, lo demás, vendrá por añadidura de forma natural. ¿Cómo lograrlo? Posiblemente con un pacto entre gobierno, empresarios y sociedad, sin demagogias, mirando únicamente el bienestar del pueblo México.
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