Al contrario de lo que mucha gente cree, la impresión de la información en papel puede dañar menos el medio ambiente que la huella de carbono que deja la lectura digital y la fabricación de libros electrónicos o “eReaders”, según coinciden ecologistas y representantes de la industria del papel.
Es preferible para el medio ambiente, por ejemplo, imprimir en blanco y negro un correo electrónico con un documento adjunto de cuatro páginas, a doble cara, que leerlas en la pantalla de un ordenador durante más de quince minutos en total, según datos facilitados por la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (ASPAPEL).
Por otra parte, en un informe de la organización medioambiental ‘Amigos de la Tierra’ en Francia, publicado en su web, se señala que el libro electrónico, pese al avance tecnológico que implica, es “un desastre para la ecología”.
Los argumentos que se esgrimen para su crítica son el coste energético de producción de los dispositivos de lectura electrónica y la deforestación que implica el acceso a ciertos minerales normalmente en países subdesarrollados para fabricar sus piezas, que muchas veces no son reciclables.
Frente a estas prácticas, esta asociación anima a incrementar el uso del papel reciclado en la impresión de libros y a compartir los ejemplares ya leídos, como medidas más efectivas para colaborar con el medio ambiente.
El director general, Carlos Reinoso, ha explicado que la huella de carbono que deja la impresión en papel puede superar a la del consumo de la información digital, y de hecho la gente “ya empieza a preocuparse” por los residuos tecnológicos”.
De acuerdo a cifras suministradas por su organización, la huella de carbono que genera la impresión de un libro de tapa dura de 300 páginas durante todo su ciclo de vida (desde el árbol hasta el lector) es de 1,2 kilogramos de CO2, lo que equivaldría a 115 búsquedas rápidas en internet de menos de un minuto de media, o a dos horas en total de consulta digital.
En su opinión, para la lectura detenida de un documento más o menos extenso es preferible desde el punto de vista medioambiental imprimirlo en papel antes que leerlo en una pantalla.
Sobre esta misma idea ha insistido, por su parte, el responsable de consumibles de HP en España, Alejandro Sanz, quien ha dicho que paradójicamente muchos correos electrónicos van acompañados de una coletilla al final de los mensajes donde se lee “no me imprimas” por respeto al medioambiente, pero “muchas veces es preferible hacerlo”.
Otros datos facilitados por ASPAPEL revelan que se necesita leer al menos 33 libros de 360 páginas cada uno en algún dispositivo de lectura digital o eReader para amortizar el coste medioambiental de todo el ciclo de vida de su impresión en papel.
Además, según esta asociación, la lectura de un periódico en papel tiene menor impacto en el calentamiento global que hacerlo en internet durante treinta minutos.
El director general de ASPAPEL ha señalado que el papel es el material que más se recicla en el mundo, y su repercusión en la lucha contra el cambio climático “empieza a abrirse camino”, porque sus características medioambientales son “imbatibles”.
En su opinión, el soporte impreso para la lectura se irá integrando con el digital cada vez más con innovaciones en las que ya se trabaja en tema de tintas, chips, etc.
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