En nuestros días toda persona con un celular es un fotógrafo con un aparato móvil, que además, comparte sus imágenes por la web, hace y recibe llamadas, aunque existe una diferencia clave entre la memoria de la gente y la memoria de la cámara.
Con la fotografía actual ocurre algo peculiar, algo que no tienen las lecturas pendientes. La gente, sobre todo los jóvenes, la utilizan no ya como registro gráfico, o como sustituto de la memoria, sino como un lenguaje de comunicación. Una imagen dice más pronto y con más veracidad las cosas que un mensaje.
Pero, nostalgias de viejo, sin duda, se acabó el rito del revelado, la espera impaciente, la sorpresa por una imagen inesperada. Hoy las imágenes desbordan el celular e invaden las computadoras y las memorias portátiles Es el signo de los tiempos. Menos hablar, menos sentir, menos recrear en este mundo cada vez más trepidante. Recordemos que no todo es digital, por ejemplo, la muerte es análoga.