Con todo el ajetreo alrededor de la impresión digital UV en la última década, es fácil omitir el hecho de que durante el mismo periodo de tiempo se han producido enormes cambios en la impresión offset.
Alrededor del 97% de las páginas impresas provienen de sistemas de impresión offset, con solo un 3% de impresión digital, de forma que los cambios en la tecnología offset tienen potencialmente un gran impacto tanto en los impresores individuales como en el sector en su globalidad.
Es probable que el cambio más apreciable en la tecnología de impresión offset haya sido la tendencia hacia tintas con secado por UV. La tecnología UV se ha utilizado en el sector de la impresión desde hace mucho tiempo, especialmente en packaging, etiquetas y formularios comerciales para impresoras, pero hasta hace poco no había tenido mucha aplicación en otras áreas. Sin embargo, en los últimos años, el UV ha despegado entre los impresores comerciales, principalmente debido a las tecnologías UV de baja energía que han introducido los principales fabricantes de sistemas de impresión.
Las tintas de secado por UV se presentaron como una alternativa a los productos con disolventes para ofrecer mayor calidad de impresión con mayor velocidad al secado de la impresión. El secado convencional por calor y aire funciona mediante la evaporación del disolvente, un proceso que reduce el recubrimiento húmedo inicial y que además puede liberar contaminantes medioambientales cuando hay disolventes orgánicos (COV). En el secado por UV, hay poco o ningún disolvente. En su lugar, las tintas tienen componentes reactivos líquidos.
Estos componentes reactivos pueden endurecerse rápidamente gracias a la aplicación de luz UV, que provoca la reticulación química (o endurecimiento). Como hay poco o ningún disolvente que evaporar, no se pierde volumen del recubrimiento húmedo, lo que tiene como resultado mayores densidades de tinta y un mayor brillo en la impresión. Además, no hay contaminantes medioambientales de ningún disolvente orgánico. Gracias al uso de los fotoiniciadores, ha sido posible secar las tintas mediante lámparas UV.
Dentro de las ventajas del UV se pueden mencionar que: emiten menos emisiones de COV, las tintas se pueden secar en plástico y otros sustratos no porosos, ofrece mayores niveles de brillo y resistencia superior al roce, además de que si se pasa por un sistema de impresión se pueden imprimir en él rápidamente.
Las lámparas UV convencionales consumen mucha energía, ocupan gran cantidad de espacio y generan mucho calor. Estos sistemas producen ozono, lo que requiere un sistema de extracción que añade coste al sistema de impresión. Todos estos factores juntos limitan la aplicación en centros de impresión donde el valor del producto de impresión cubriría el equipo y el coste de ejecución del UV. Más recientemente, con la llegada de fuentes de UV más baratas y de mayor potencia, ha sido posible suministrar la misma cantidad de energía a las hojas húmedas, pero con menos energía, calor y espacio, y sin necesidad de un sistema de extracción de ozono.
Con estos sistemas UV de baja energía, como LED-UV, H-UV, HR-UV y LEC-UV, los costos de equipos y ejecución se reducen y los sistemas de impresión antiguos pueden modificarse fácilmente con equipos más pequeños. Estos sistemas más baratos y más pequeños están permitiendo a los impresores comerciales utilizar UV y aprovechar las ventajas de plazos de entrega más rápidos, menos mantenimiento con el uso de menos polvo antimaculante, una amplia variedad de sustratos y una mayor calidad de impresión.
El cambio a un sistema UV requiere una revisión completa de todos los componentes actuales que pasan por los sistemas de impresión y serán necesarios varios cambios. No es solo que la impresora cambie sus tintas, además habrá que buscar compatibilidad con los productos químicos, mantillas, sustratos, entre otros elementos. En concreto, el UV puede suponer todo un reto para las planchas de impresión. ¿Qué nos depara el futuro? Esperamos que haya muchas nuevas innovaciones relacionadas con la impresión offset, ya sea por parte de los fabricantes de sistemas de impresión, de los proveedores del sector o de los propios impresores.
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