
Ante la presión de disminuir el consumo de plástico en los empaques, el desarrollo de nuevos materiales ha sido uno de los grandes focos de la industria. Uno de los más recientes es el denominado ¨empaques de piedra¨.
Lo primero que hay que saber es que están compuestos por plástico y carbonato de calcio. Dependiendo del empaque que se desee producir, podrían variar las proporciones de cada uno. Algunos estudios hablan de rellenos del 30 % de carbonato de calcio y algunas marcas dicen tener más del 50 % en peso de este relleno.
Una de las principales bondades de este material o empaques de piedra es que el carbonato de calcio es inerte, por lo que no es tóxico. Además, al utilizar este relleno, se está dejando de introducir plástico al mercado, lo que resulta en una menor huella de carbono para el empaque.
Por otro lado, las marcas fabricantes afirman que mejora la estabilidad dimensional y aporta rigidez. Así mismo, el carbonato de calcio, al ser blanco, puede reemplazar a los pigmentos como el TiO2 y mejora la opacidad de sus productos.
Este material debería ser utilizado en objetos que una vez cumplan su vida útil, sean desechados y contaminen lo menos posible, ya que su huella de carbono es menor.

Otro de los desafíos para los empaques con carbonato de calcio es que tienden a modificar la densidad, esto hace que el plástico se identifique, durante el proceso de separación, como otro de mayor densidad y termine contaminando dicho flujo de reciclaje. Hay algunas marcas fabricantes de estos materiales que mencionan no tener este problema, ya que, gracias a tecnologías patentadas, logran llegar a la densidad nominal del plástico que se está utilizando.
Sin embargo, hay otro desafío en la balanza, si los envases rígidos comienzan a utilizar estos rellenos, los gestores los recogerán desprevenidamente y los transformadores comenzarán a hacer pruebas. Aquí, según Alejandro Serna, consultor del ICIPC, Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho, podrían pasar 2 cosas: la primera, es que no afecte y el transformador lo incorpore. O la segunda, es que comiencen a tener problemas y los gestores no van a recoger más los envases de esas marcas.
Por este motivo es muy importante que las marcas fabricantes de los empaques de piedra hagan pruebas a nivel industrial de los impactos de incluir estas cargas minerales en los flujos de reciclaje y transformación de los materiales posconsumo.
¿Y qué pasa con el contacto con alimentos?
Actualmente, pocos materiales post consumo logran cumplir con los estándares de la FDA, por lo que es probable que este material no pueda volver a ser utilizado para este fin.
En conclusión, estos rellenos de carbonato de calcio muestran una solución prometedora para disminuir la cantidad de plástico que se introduce al mercado; sin embargo, debe pensarse para qué tipo de objetos es viable su incorporación sin generar efectos indeseados en las cadenas de reciclaje.
Información de www.elempaque.com