La 67ª Feria del Libro de Fráncfort, la más grande e importante del mundo, se realizó del 14 al 17 de octubre pasado, con 7 mil expositores de todo el mundo distribuidos en 9 mil metros cuadrados, con la presencia de mil un agentes procedentes de los cuatro puntos cardinales que contaron 10 mil un historias con las que negociaron las nueve horas y media que duraba abierta la feria al día con Indonesia como país invitado.
Aunque la Feria del Libro de Fráncfort ha disminuido en tamaño y busca su lugar en la era digital, mantiene su impacto en alto. Este año la cita fue más política, y se destacó la importancia de la libertad de expresión, el diálogo con el mundo islámico y la crisis de los refugiados sirios en Europa.
Durante el evento no faltó la polémica, ante la amenaza del boicot de Irán ante la presencia de Salman Rushdie, que finalmente transcurrió serena. El Libro de los espejos, del rumano Eugene Chirovici, vendido en 18 idiomas, entre ellos el español editada por Literatura Random House, fue una de las novedades. Se anunció la nueva novela del estadounidense Don DeLilo, Zero K. China y su historia contemporánea tendrá una doble mirada. La primera la hará, en 2016, Rao Pingru, un autor chino de 94 años y una de las sorpresas de Fráncfort que ha contratado Salamandra, con su novela gráfica titulada Nuestra historia. La otra China llegará en 2017 en las palabras de Ai Weiwel, con sus memorias, sin título aún, y que editará Debate.
La Agencia Wylie, la más importante del mundo, con más de un millar de autores, en su stand, donde Andrew Wylie y su escuadrón de agentes especializados atendieron en nueve mesas, con un catálogo de 272 páginas con información de 135 autores. Wylie ha contratado al barcelonés Critóbal Pera, que antes era el representante de Penguin Random House en México, para reforzar sus ediciones en español, uno de sus puntos débiles.
En los últimos años, la presencia latinoamericana ha aumentado y esta vez ha dado un salto importante. Las agencias y editoriales internacionales mostraron un especial interés por los escritores latinoamericanos. Destacaron los stands y las actividades de México, Argentina y Colombia. Lo hicieron no sólo en el recinto ferial, sino que programaron actividades en la ciudad, como la publicación bilingüe (inglés-alemán) de Alba, que incluye la colaboración entre el Instituto Caro y Cuervo, de Colombia, y el Instituto Cervantes con presentaciones de libros, conferencias y exposiciones.
Entre las 27 agencias españolas, estuvo la Agencia Carmen Balcells, fallecida en septiembre, fue el primer año sin la Mamá Grande. Este año el equipo estuvo presidido por su hijo y responsable de la agencia, Luis Miguel Palomares.
Y así, a grandes rasgos, la industria del libro facturó unos 150,000 millones de euros, incluida la ventana digital creada por Martina Torrades y Anna Ascolies, quienes informaron cada día de sus ventas en la feria y de los autores destacados de la comunidad editorial de todo el mundo.
Después de las cinco de la tarde, agentes y clientes en el último día de la feria, empezaron su marcha. Sonó una campana. Una voz en alemán primero, luego en ingles, anunciaron que quedaban cinco minutos para cerrar y que la cita es el próximo año, en el mismo lugar con el mismo horario.