Por Ricardo Maldonado
Fotos de Mario Torres
A pesar de los grandes avances de la tecnología de las comunicaciones al alcance de todos los países del mundo, México aún no produce “bienes de producción”: maquinaria para los diversos usos en la industria las Artes Gráficas, porque los tres últimos gobiernos federales (dos del PAN y el actual del PRI) prefirieron, que se obtuviera del extranjero, comenta Raúl Reza y Araujo, ex dirigente de la Cámara Nacional de la Industria de las Artes Gráficas.
Reza señala que esta política equivocada, es una de las causales para que el país se mantenga retrasado en el desarrollo industrial. Del fax al telex, y de éste a los últimos adelantos tecnológicos, se mantiene la disposición de adquirir esta maquinaria en el extranjero.
Reza fue presidente de CANAGRAF en los años 77 y 78 del siglo pasado después de haber sido en el 76 Prosecretario de la institución, quien habló del proceso que llevo a trabajadores, no precisamente bien preparados, a adquirir preparación técnica para alcanzar lo que ahora son: capacitados industriales en esa actividad.
Esta fue la tarea fundamental de nuestro entrevistado: profesionalización del oficio en un avance que hoy rebasa el aprendizaje aunque sea con maquinaria extranjera, lo cual representó un reto en la producción mexicana.
Raúl Reza creo la Cooperativa de Consumo, de la cual fue secretario general, que contó de inmediato con insumos fundamentales como el papel y los instrumentos que son necesarios en las diversas ramas de esta industria.
En esa época, empezó el color –antes todo era blanco y negro- cuando se trabajaba con rastreadores de punto (scaners). Con el color avanzaron las grandes empresas y revista del país, hasta producir un periodismo escrito que hoy en día introduce los nuevos avances de la tecnología de las comunicaciones: los teléfonos inteligentes, radio, telegrafía, televisión, telefonía en general, transmisión de datos e interconexión de computadoras a nivel de enlace.
La Cooperativa, de insumos e instrumentos, nos explica Reza, proporciona a las diversas ramas de la industria los insumos necesarios, entre otros el papel –que en aquel tiempo estaba controlado por el gobierno a través de la PIPSA- pero además los instrumentos de trabajo que mejoraron con la aparición del linotipo, sobre el cual cuenta que “se volvió o creo una mafia: los maestros linotipistas cuando iban a cambiar la continuidad de sus operaciones, enviaban a sus ayudantes a “comprar las tortas para que no aprendieran el oficio”. “Enseñaban el oficio, solamente a sus hijos o parientes” con su autorizado conocimiento, Reza relata que en aquel entonces, la composición era en frío hasta que apareció el offset, que fue otro gran avance de la tecnología en las Artes Gráficas.
“La gran prensa y el gobierno controlaban toda la información y si Gutiérrez Vivó, logró entonces comprar “El Heraldo” fue porque se lo dieron, muy barato, y era entonces el dominio de la PIPSA, controlada por la Secretaría de Gobernación. Entonces la Cámara, bajo control de José María Trelles, hizo esfuerzos para que los empresarios se comprometieran a fundar el Colegio de Superación Empresarial”.
Se trató de un buen intento que terminó abruptamente. Eran buenos obreros pero sin formación técnica. La idea de Chema Trelles fue una buena idea que no continuó: cuando Chema dejó de ser consejero, se echó a andar el “Centro de Capacitación para Técnicos en Artes Gráficas” que ahora existe con otro nombre.
Hacer la integración nacional, porque la Cámara sólo existía en algunos estados, que estaban equipados, visitamos más de medio país con el propósito de empezar a hacer la integración por la que no se cobraba dándoles conocimientos sobre administración en Talleres de Artes Gráficas de todo tipo: En talleres grandes y medianos, llevábamos material para enseñarles y dimos pláticas sobre el tema, lo mismo en Acapulco Guerrero que en Ciudad Juárez, Chihuahua o en Hermosillo, Sonora, eran jornadas de 7 a 9 con expertos en motores y mecánica y me agradaba al grado de extenderme en las exposiciones, en esa época en la Canagraf, hicimos dos exposiciones mundiales de maquinaria: Mexport I y II con 176 EXPOSITORES DE 46 PAÍSES que fueron en los años de 76 y 78, realizadas en el Palacio de los Deportes, avalados por el presidente de la República”.
Desde ese tiempo, relata, México exporta impresos a diversos países del mundo, millones de libros (entre otros el: “Libro Vaquero”), revistas y toda clase de impresos y por supuesto, incluyendo por ejemplo, la exportación de libros de texto para Colombia.
“Los libros tenían impuestos, lo cual reducía el interés económico y gobernaba el país el maestro José Portillo, a quién en mi condición de administrador, visite dos veces para pedirle la supresión de los impuestos en la exportación e importación, y logramos expresar al mandatario, nuestro convencimiento de que el libro es cultura, y que por ello y en beneficio del pueblo y de los lectores en general, solicitábamos la exención de impuestos, cosa que el maestro universitario y responsable del Poder Ejecutivo, ordenó, revocando, el pago de impuestos ad valórem”.
Raúl Reza Araujo, es un administrador de grandes conocimientos y la entrevista, rebasó los niveles de preguntas y respuestas, porque él más de los conocimientos técnicos y de su profesión, es un magnífico relator, que adiciona sus explicaciones, con ejemplos y anécdotas. En su alta calidad de modestia, expresa, no buscar reconocimiento a sus capacidades pero es indiscutible, que la industria de las Artes Gráficas y los hombres y mujeres que en ella intervienen, tienen en él: un maestro.
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