Por Ricardo Maldonado
Foto: Mario Torres
Con una economía mundial, apoyada básicamente en el dólar, ha afectado el proceso de desarrollo económico de México. “Nuestra intensa relación mercantil de importación y exportación, nos tiene colocados en el terreno de la fluctuación del dólar”, señala a EL IMPRESOR, Eduardo Ricárdez, empresario e impresor en la técnica de la flexografía.
La flexografía es una técnica de preparación que utiliza una placa flexible con relieve, es decir que las zonas impresas de la forma, están realzadas en la zona impresa. La plancha que llamamos cliché o placa, es generalmente de fotopolímero (antes era de hule vulcanizado) y por ser un material muy flexible, es capaz de adaptarse a un soporte muy variado.
Ricárdez, hombre en plenitud de facultades físicas y mentales, nos platica de la crisis en la industria, en la cual estamos inmersos: “Sí, por supuesto” nos dice, “Lo notamos y la sentimos. La economía se basa en los procesos de cambios constantes. La materia principal y muchos de los insumos en nuestra actividad industrial, están fijados por precios en dólares. Cuando hay un trastorno económico, nos repercute inevitablemente, entre 13 y 15 dólares en materias e instrumentos de lo que adquirimos en aquel país”.
Como empresario enterado ampliamente de su negocio Ricárdez, señala: “se ampliaron de los 30 a 90 días de plazo. La retracción de las empresas, se dio en los primeros meses del 2009 y cuando en noviembre del 2014 ya nos estábamos recuperando del periodo más álgido de la crisis, resultó que hemos sido golpeados terriblemente, por la fluctuación del dólar”.
¿Cuáles han sido los efectos?, nos explica: “Las empresas distribuidoras de material en conversión 3M con la que trabajamos, nos distribuye, y nosotros también lo hacemos, porque somos corredores y fabricantes de etiquetas y todo esto está en dólares; entonces nuestros clientes hicieron una contracción a la fórmula y, de esta manera no estamos mejorando”.
La flexografía es un sistema de impresión, por ejemplo, del cartón corrugado y de los soportes plásticos. Es un método semejante al de un sello: utiliza tintas líquidas con rapidez de secado que permiten la impresión en volúmenes altos a bajos costos, la calidad de tintas que utiliza van del uno al 10 con diferentes acabados, como barnices, laminación plática y estampado de película.
¿La fluctuación del peso frente al dólar, es de hecho, una devaluación? La contestación fue inmediata: -“Es una devaluación y, la esperábamos, seguramente vamos a tener el ‘semáforo por parte de los clientes’. Pero el gobierno dice e insiste en que no pasa nada. Pero, los clientes piden menos, porque miden sus posibilidades. Eso es lo que estamos viviendo día a día”.
Eduardo Ricardez apunta que parte significativa es la cara del producto, la etiqueta, “queremos acelerar la maquinaria”, ¿Se puede? Y, afirma: “se puede manejar la situación, concluye, con el optimismo de quien sabe el terreno que pisa. Enseguida explica que la película debe ser: paulatina, no acelerada y, como en una reflexión, considera que: “definitivamente, no todas las empresas del ramo, están preparadas para enfrentar la crisis, quienes no se enfrentan con ella, van al fracaso”.
Cada sexenio, señala nuestro interlocutor, alega o defiende sus políticas para rehacer la economía. Aunque no todos lo noten. Pero con la experiencia que otorga la realidad y que nos dejan el hacer las cosas, este todavía joven empresario señala: “La vida es un balance serio, no tenemos cosas muy malas, pero tampoco sabemos valorar las buenas, los negocios son para superarnos y lograr beneficios. Ya tenemos personalmente experiencia de manejar una quiebra, que nos ha dejado buenas experiencias”.
Sobre esa experiencia, Ricárdez dice que “el capitalismo no es malo y que la parte socialista, ya se comprobó que no ayuda mucho, Cuba es un ejemplo y es mercado virgen. Tengo en cuenta el 1968: los fracasos no se inventaron o se mandaron hacer”.
¿Cuál será la salida? Preguntamos y, la respuesta no se hizo esperar: “Pienso que toda crisis, está en nosotros mismos: una mala experiencia: la quiebra, nos obliga a trabajar el doble, ¿rinde?, no sabemos, pero no podemos quedarnos en las lamentaciones: necesitamos crear nuevas estrategias y eventos de modernización tecnológica en cómputo, tener un beneficio de los grandes”.
Y, agrega: “un beneficio de los grandes armadores, de las que dependen muchas otras empresas. Nosotros logramos que muchas empresas dependan de las grandes empresas. Si no hubiera empresarios hábiles, no podríamos estar pensando en otra cosa, porque no vale sólo estar quejándonos, hay que dar lo que se pueda y pasar por encima de los problemas”.
Inquirimos sobre sus clientes principales y Ricárdez, nos explica que el 95 por ciento de la producción, es para empresas del sector de la iniciativa privada (IP); el uno por ciento es para el gobierno y sus instituciones “y de esto no me queda buen sabor de boca. Los negocios son negocios que deben dejar utilidades. No funciona ser patrón paternalista”.
El proceso de flexografía es característico para la impresión de etiquetas autoadheribles, en rollo, las cuales pueden imprimirse en papel, en plástico o en película. Método de impresión más barato que lo que se hace en la maquinaria usualmente para imprimir periódicos y revistas, que por otra parte, permite un mayor número de reproducciones a menor costo. Es de todos modos: impresión y, como tal, tiene directa relación con las actividades de las Artes Gráficas en general.
Por ahora ciertamente, la flexografía es un sistema no muy usual en el país.- Pero estamos viviendo un periodo histórico de cambios, de modificaciones y de acelerado avance en los sistemas de intercomunicación en un mundo cada día más interconectado. La llamada aldea universal, es cada vez más pequeña o, por lo menos, mucho más comunicada.