Históricamente, México ha sido territorio de desastres naturales y de agresiones armadas desde el tiempo de los mexicas, quienes en solo 30 años padecieron 8 grandes terremotos que destruyeron la Ciudad de México- Tenochtitlan. En los años siguientes, por mencionar algunas calamidades, durante la colonia hubo sismos, incendios e inundaciones; como la de 1629, que duró cinco años. Dos invasiones extranjeras han ocupado su territorio. La época de la Revolución Mexicana. Y no hablemos de los políticos que nos gobiernan porque no acabaríamos nunca.
Pero en todos estos hechos, la defensa civil, sobre todo de la gente joven, ha sido emblemática. En el devastador temblor del 19 de septiembre de 1985, que azotó la Ciudad de México, la reacción del pueblo fue unirse ante la tragedia y superarla con solidaridad. 32 años después, irónicamente un mismo 19 de septiembre, un sismo derrumbó edificios, cobró vidas humanas y otra vez, México se unió solidario ante la necesidad.
Una vez más, hemos sido testigos, de que México no se cae ni se doblega ante la adversidad y la desgracia. Y así, se confirma lo dicho por un poeta mexica: “En tanto permanezca el mundo, no terminará la gloria, la fama de México-Tenochtitlan”.
Ilustración de EKO para la portada de “Confabulario” suplemento de EL UNIVERSAL.