México es el tercero de dieciséis países en adopción y desarrollo de tecnologías digitales, de acuerdo con el Digital Transformation Index, estudio que realizó la consultora de tecnología Vanson Bourne, en conjunto con Dell Technologies. Esto coloca al país entre los primeros en empujar la transformación digital de las empresas, después de la India y Brasil, y por arriba de países como Estados Unidos, Canadá y Reino Unido.
Alfredo Taborga, director de Marketing de Dell EMC para la región, señaló que los indicadores por los que naciones emergentes se encuentran en los primeros lugares son el dinamismo de las economías y la aparición de nuevos competidores. En el caso de economías estables, hay un cierto conformismo por parte de las empresas, agregó.
En México, uno de los principales factores que lleva a las empresas mexicanas a adoptar nuevas tecnologías en sus procesos es la aparición de nuevos competidores: 77% de los negocios respondió haber encontrado nuevos jugadores en sus mercados. La cifra es mayor respecto a la media internacional, donde el índice fue de 62%.
Otro motivo mencionado por los encuestados fue la demanda de los clientes: 71% de las empresas mexicanas explicó que ésta detonó la inclusión de nuevas tecnologías.
“En México existe una cultura de servicio, la cual ha fomentado el conocimiento del cliente para ofrecer las soluciones que desea. Hoy el cliente demanda innovación en los servicios”, indicó Taborga.
El estudio reveló también que las empresas tradicionales no tienen un futuro asegurado ante los grandes cambios impulsados por nuevas compañías, que tienen en su ADN la innovación. En este sentido, el reporte indicó que 45% de los ejecutivos encuestados consideró que su mercado sería obsoleto en un periodo de tres a cinco años.
Por otra parte, 48% no vislumbra cómo será su industria en dicho periodo, mientras que más de la mitad (52%) dijo haber experimentado su mayor disrupción en los últimos tres años.
El análisis evidenció que las empresas son asediadas por una gran presión: las startups. Al respecto, 78% de los directivos ve estas firmas como una amenaza para sus negocios, ahora y en el futuro.
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