Por Ricardo Maldonado

En este 2017, los partidos políticos registrados: PRI, PAN y PRD, y, también los otro seis considerados como “menores” incluyendo a MORENA –considerado como institución “catalizadora” que pronunciará los resultados finales, hacia la izquierda- tendrán que emprender una acción moralizadora para superar el descrédito en que están hundidos, por la corrupción y la impunidad política en que vivimos- la sociedad espera una reacción positiva.

En la actualidad, unos más otros menos, todos están implicados en actos ilegales e irregularidades calificadas por la sociedad como desprestigio- en algunos casos considerados como delitos penales- por escándalos de corrupción y violatorios de la ley electoral e inclusive de la Constitución política de la nación y los derechos humanos.

A propósito de este estado de cosas, “El país de uno” de Denise Dresser, la politóloga “más punzante de México”, quien en esta obra hace un análisis y “un diagnóstico audaz y demoledor de la situación política y social que impera en nuestro país”. Denuncia la corrupción de nuestras instituciones, la voracidad de los monopolios, la nociva parcialidad de las televisoras y sus agendas políticas, y las componendas oscuras de líderes sindicales y partidistas”.

Lo mejor en esta obra, es que su autora no sólo ataca las heridas profundas de México: comparte también un ideario basado en diez puntos, “para transformar nuestros conformismos en acción, nuestra indignación en participación. Un decálogo vital para despertar nuestra conciencia y hacer de México un país de ciudadanos comprometidos, decididos a denunciar las injusticias y exigirle resultados a las autoridades.

En síntesis, el libro de Denise Dresser, es una invitación a los mexicanos para levantar la voz y decirle a los detractores que: México “es el país de uno, nuestro ahora y siempre”.

Este libro, es ciertamente, un agudo análisis: demoledor de la vida política y social de la actualidad mexicana: denuncia la corrupción de sus instituciones, la voracidad de los monopolios, la nociva parcialidad de las televisoras en el manejo de la información y las componendas oscuras de líderes sindicales y partidos políticos y sus políticos. “El país de uno” es una valiente denuncia:

Es una valiente denuncia, repetimos, de los Salinas y sus pactos siniestros, contra los Romero Deschamps que exhiben sus riquezas con descaro y cinismo, contra los Montiel que pasean su impunidad por el mundo y, de la maestra Gordillo y su ejercicio cuestionable del poder, de los Fox con su enorme presunción de impunidad e ineptitud, de los Camel Nacxif y sus cómplices de la barbarie y, también contra los políticos en general que encumbren a pederastas y a legisladores que mienten sin escrúpulos.

Es muy importante, que señale la tarea que le toca cumplir a los buenos ciudadanos, que no nacen; se hacen y que están dispuestos a jugársela por México y los mexicanos y, a los cuales, la autora llama a sumarse a la transformación de México, porque el cambio en este país, solamente lo pueden hacer, insiste la autora: los ciudadanos y habitantes que aman a su país y que están dispuestos a luchar por su propio bienestar y por hacer de este país, un país mejor para todos los mexicanos, de esta y las futuras generaciones.

En este tiempo el pesimismo recorre el país y se puede decir, que infecta a todo aquel que entra en contacto con él; México vive obsesionado con el fracaso, con el pesimismo y la victimización, con “todo lo que pudo ser y no fue” como dice la gente popularmente: vivimos con lo perdido, lo olvidado, lo maltratado. Hoy en día, se entrama el vocabulario del desencanto y lo negativo. Muchos piensan y opinan, que la corrupción no puede ser combatida y que “no hay remedio”, por eso, muchos políticos y hombre de negocios piensan que no hay remedio.

Hay sectores que admiten lisa y llanamente que: los políticos y mandatarios no pueden ser propositivos y en el colmo del desinterés afirman que ya nada se puede hacer, simplemente porque según ellos: “los mexicanos así somos y no vamos a cambiar”, pensamiento que no sólo daña a quien así piensa, sino hasta a quienes los escuchan. Fantasías lesivas que, según las nuevas generaciones de mexicanos, son graves y hay que desterrarlas.

El lamentable pensamiento, muy extendido es que: la corrupción no pude ser combatida, los políticos no pueden ser reeducados para que sean propositivos: “Los buenos, dicen, siempre sucumben, los reformadores siempre pierden, el país siempre pierde. Por ello argumenta: “lo mejor es callar y es mejor ignorar y, hasta afirman que lo mejor es “emigrar”. Afortunadamente el libro que comentamos, es todo lo contrario; porque a pesar de dar cuenta de fracasos, errores y perversidades de los políticos, el argumento de la autora es totalmente positivo y, abunda en presentación de opiniones positivas que debieran escucharse y ser tomada en cuenta, porque, además; la soberanía de la nación, residen fundamentalmente en el pueblo; y este pueblo está dispuesto a defenderla, aun en las peores circunstancias, como está en la historia del país demostrado.

Los pesimistas y negativistas, insisten en que estos son los tiempos de muertos y heridos, de poderes facticos y reforma postergadas; de priístas robustecidos y panistas divididos, de ciudadanos que quieren vigilar al poder, de sabotajes en las instituciones de la autoridad y en contra de los eventos electorales.

Y, ciertamente, el panorama que Denisse presenta en su libro, es estrujante porque la realidad en México es también punzante y dura, pero, aunque parezca exagerado el panorama que la autora presenta en su libro. La verdad es una lamentable realidad y no se oculta, sino se analiza para buscar soluciones. Por ello, las autoridades proclaman con frecuencia, darle vuelta a las páginas fúnebres y buscar el valor y las virtudes de los mexicanos que, están demostradas en la larga historia de este país.

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